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Feliz día maestro: Reflexión sobre la práctica docente

  • Adalberto Farelo
  • 15 may 2017
  • 7 Min. de lectura

En este dia tan especial para todos lo docentes del mundo mundial quiero enviarles mis felicitaciones y bendiciones, continuemos con esta noble labor pase a las adversidades que enfrentamos en nuestros dias. La activista Malala, Premio nobel por la paz, en 2004 pronunció:



¨Si había un discípulo que realmente era un holgazán recalcitrante, ese era el. Se limitaba a escuchar las enseñanzas espirituales de su mentor, pero nunca las llevaba en práctica. Era sumamente perezoso. Una cosa era escuchar, pero otra era practicar. Prefería quedarse arrastrar por la pereza aunque él mismo se percataba de que cada día estaba más distante de la armonía y de la paz interior.

Entonces decidió ir a hablar con el maestro al respecto.


-Eres un buen mentor -dijo con un toque de ironía incredulidad-, pero el caso es que no avanzó gran cosa en la senda hacia la perfecta serenidad.


-Yo te daré el remedio- repuso el maestro-, más antes quiero que entierres este grano de arroz que te doy, y cuando germine y brote te explicaré, el porqué de tu demora.

El discípulo plantó el arroz. Transcurrió el tiempo. A una estación seguía la otra y así sucesivamente, pero el grano de arroz no brotaba y el discípulo había comenzado a desesperarse.


Desolado acudió hablar con su maestro y le dijo;

No lo puedo entender. Ha pasado mucho tiempo y el grano de arroz no brota.


¿Y no sabes por qué? -preguntó el mentor.

-Pues no.


-Simplemente, porque se trataba de un grano cocido. No puede brotar, como tú no puedes avanzar si no hace ningún esfuerzo ni sigues ninguna práctica¨. [1]


Reflexión docente:


Diariamente miles docentes interactuamos constantemente con niños, adolescentes, jóvenes, adultos, padres, colegas y directivos en las instituciones educativas de la que somos parte. Esta interacción está atravesada por múltiples factores (sociales, económicos, políticos, culturales, éticos, entre otros) que hacen de la escuela un lugar en el que conviven las políticas educativas con el accionar docente en función de un lograr un objetivo: brindar educación.


Como docentes, muchas veces nuestros ideales no son lo suficientemente coherentes con nuestro desempeño en el aula.

Esto está fuertemente relacionado con nuestra matriz de aprendizaje, en la que subyace la enseñanza tradicional de los conocimientos socialmente significativos, marcados por políticas educativas muy diferentes a las actuales.


En muchas ocasiones, y muy marcadamente en el proceso de formación profesional, subyace nuestros ideales de transformación educativa, pero topamos frente a un sistema establecido, jerárquicamente donde se dice que hacer y cómo hacer.


Para poder efectuar un cambio en las instituciones escolares resulta menester revisar constantemente nuestro desempeño en cada clase. Esta reflexión permitirá conocer o detectar nuestras dificultades para poder mejorar en esos aspectos y valorar nuestras fortalezas frente al grupo de estudiantes.


“…la reflexión continua sobre nuestras propias prácticas, y desde una clara toma de posición crítica, podrá colocarnos en un camino de formación continua, que nos permita realmente transformarnos en verdaderos educadores y educadoras dialógicos.”[2]


En necesario y urgente tomar en cuenta la opinión de nuestros estudiantes, a través de evaluación y retroalimentación a nuestra labor, antes durante y después del curso. Es importante que sobre las capacidades que tenemos fuertemente desarrolladas y trabajar con mayor entusiasmo las que hasta ahora son debilidades en nuestra labor.


Debemos cambiar nuestra posición epistemológica, para poder efectuar una verdadera transformación en las aulas. ¿Cómo lo hacemos? ¿De qué manera se puede lograr un cambio significativo en la educación? ¿Qué puedo hacer mejor de lo que hice ayer?

Un primer paso para tratar de resolver estos interrogantes, es la capacitación constante.



La capacitación profesional constantes ofrece numerosas ventajas para efectuar un cambio dentro de las instituciones escolares. Pero debemos ser conscientes de que la capacitación por sí misma no es la receta al cambio, sino que nos sirve de guía, como sostén, de apoyo teórico sobre cómo mejorar nuestro desempeño profesional.


Algunos docentes, por no mencionar a la mayoría, consideran a la capacitación como un incentivo para poder recibir un puntaje por la misma y así acceder a cargos jerárquicos, dejando de lado el principal objetivo que es mejorar el desarrollo profesional.


Asistir a cursos, Seminarios, conferencias, realizar carreras a larga distancia, son solo algunos ejemplos de instancias de aprendizaje de nuevos conocimientos y de compartir experiencias con otros docentes para ampliar nuestro campo de formación siendo críticos con nuestro desempeño.


A su vez al emplear otros formatos de enseñanza como ateneos, talleres, trabajar por proyectos, seminarios, salidas de campo, permiten enriquecer la práctica docente, tomando distancia del formato tradicional asignatura en el que los estudiantes tienen un rol secundario.

Tanto las capacitaciones como el utilizar otros formatos e enseñanza un verdadero desafío, dado que éstas nos exigen una constante búsqueda de coherencia entre lo que decimos y lo que realmente hacemos en el aula.


Esta visión /autocrítica permitirá resignificar nuestras prácticas docentes sin perder de vista el objetivo de la educación y las relaciones entre la enseñanza y el aprendizaje.

Mantener una actitud abierta, para poder reflexionar de manera consciente nuestro desempeño como docentes, permitirá pensar nuestras prácticas desde otro lugar, siendo autocríticos y estando convencidos de que si queremos realmente provocar un cambio significativo, éste debe ser más profundo y radical.-



Un ejemplo de que si se puede, les comparto la historia de Mr. Jeffrey Wright, un profesor de una high school de Louisville (USA) cuyos alumnos hablan maravillas de él.


Historia publicada el 14 de mayo de 2017, por Un crimen llamado educación



Me llama la atención una frase de una alumna: “es la personificación de cómo deberían ser los profesores”.[3]


¡¡Cuántos de nosotros pagaríamos por conseguir que nuestros alumnos dijeran semejante cosa de nosotros!!


Desde luego el caso de Mr. Wright (que por suerte no es un caso único) nos puede dar las claves para poder enseñar y comunicar mucho mejor. Así que…

¿Qué convierte a Mr. Wright en un gran profesor?



Haz que quieran aprender



Desde hace tiempo tengo la convicción que ser profesor cada vez tiene menos que ver con enseñar y mucho más con conseguir que quieran aprender.


Sus clases están diseñadas para generar esa inquietud por conocer la respuesta a los misterios que él mismo les muestra. En lugar de soltar un rollo teórico sobre física, hace un experimento sorprendente que consigue que todos los alumnos se pregunten una misma cosa: “¿Cómo?”. Y aprovecha ese momento para transmitir su conocimiento.


Si nos fijamos en el modo en que damos normalmente las clases… ¿Cuántos de nosotros nos limitando a enseñar esperando que el alumno venga con las ganas de aprender ya puestas? ¿Cuántos creemos que aquello de lo que les vamos a hablar es tan importante que las ganas de aprenderlas se dan por supuestas?


La primera gran enseñanza de Mr. Wright es que nunca debemos suponer que nuestra audiencia (ya sea un grupo de alumnos o una audiencia) está interesada en aquello que le vamos a contar. Nuestra primera misión es generar ese interés.


Lo que inspira son las historias

Cuando él empieza a contar la historia de su hijo ocurre algo por lo que muchos profesores también pagaríamos: la clase entera atiende.


Las historias funcionan porque nos acercan al público y nos ayudan a conectar con él. Porque inspiran y nos ayudan a empatizar. Porque nos permiten expresar mucho mejor nuestros sentimientos. Y porque son el envoltorio perfecto para el mensaje que les tenemos preparado.

Intenta hablar a un grupo de adolescentes sobre que el sentido de la vida es el amor. ¿Cuánto vas a durar sin que te abucheen? En cambio, cuéntales una historia personal que te muestre ante ellos como alguien vulnerable, como alguien cercano, como alguien muy parecido a ellos, y esconde en ella tu mensaje. Te los habrás ganado.


Yo mismo realizo charlas en colegios e institutos a alumnos de entre 15 y 18 años y he podido comprobar que el momento en el que conseguía atraparlos mejor era cuando les contaba mi historia personal. Puedo lograr más o menos interés mientras les hablo sobre cómo hacer presentaciones, pero en el momento en que les cuento por qué me dedico a ello siempre es el momento estrella.


Así que la segunda lección de Mr. Wright es que les inspires con tu propia historia o con historias muy cercanas que contengan el mensaje que les quieres transmitir.


Preocúpate por tu audiencia


A través de la experiencia con su hijo, Mr. Wright se da cuenta de que lo que da sentido a la vida es el amor. Que la razón por la que vivimos es para preocuparnos por los demás. Y él lo aplica a rajatabla con sus alumnos.


Mr. Wright les escucha e intenta adaptar sus clases a ellos y a sus necesidades. Intenta que sus clases no sólo sirvan para aprobar un examen sino que busca que lo que aprendan perdure en el tiempo. Intenta ofrecerles experiencias únicas que los motive a buscar las respuestas…

Podríamos resumir la filosofía de Mr. Wright en una única frase: lo más importante son los alumnos.


Tanto si hablamos de clases como de presentaciones, la audiencia debe ser lo más importante y debemos mostrarles en todo momento que nos preocupamos de ellos. Por eso es imprescindible que el alumno o el oyente tenga la sensación de que esa clase o esa charla la has preparado pensando en ellos, pensando en que les sirva de algo. Esta es la tercera gran enseñanza de Mr. Wright.


El mejor profesor del mundo



Es posible que haciendo eso no logres ser el mejor profesor del mundo. Siempre hay alguien en algún rincón del planeta que hace las cosas mejor que tú. Pero seguro que te habrás convertido en el mejor profesor para tus alumnos: en el mejor profesor de SU mundo.

¿Crees que son aplicables las enseñanzas de Mr. Wright? ¿Has aplicado ya alguna de sus ideas?


Cuéntanos tu caso en un comentario.[4]


Fuentes de consulta:


Aprender a pensar en grande: Despierte su excelencia, Allondra L. editorial Época, 2016.


[1] Apunte de Cátedra Epistemología – Unidad II: La toma de posición epistemológica sobre las prácticas pedagógicas en las instituciones y las aulas. LTE – FRBA UTN


¿Cómo convertirte en el mejor profesor del mundo? https://www.facebook.com/notes/un-crimen-llamado-educaci%C3%B3n/c%C3%B3mo-convertirte-en-el-mejor-profesor-del-mundo/412061619180283/ ,


Reflexión sobre el arte de educar, Hugo Tagle Moreno, 2012, consultados en

https://www.reeditor.com/columna/6680/8/cultura/reflexion/la/docencia/arte/educar


Un crimen llamado educación en Facebook: https://www.facebook.com/uncrimenllamadoeducacion/






 
 
 

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